"La corriente del río da vida al municipio de Envigado con su abundante agua y vegetación", dice Danna, una niña de 11 años de Envigado, Colombia.
Como Danna, más de 90 niños de cuatro ciudades han participado en "El río, la ciudad y yo", un concurso de fotografía y dibujo de Interlace. El proyecto Interlace pidió a niños de 7 a 17 años de Portoviejo (Ecuador), Chemnitz (Alemania), la Gran Área Metropolitana de Costa Rica y Envigado (Colombia) que compartieran dibujos o fotos que simbolizaran sus pensamientos y relaciones con sus ríos locales. Centrado en la importancia de la naturaleza en la ciudad, el concurso forma parte de una serie de actividades organizadas por el proyecto Interlace. Su objetivo es implicar creativamente a los jóvenes, comprender mejor sus relaciones con la naturaleza y entender mejor sus perspectivas sobre las soluciones basadas en la naturaleza.
Muchos trabajos demuestran la fuerte conexión entre las personas y la naturaleza. Lili, una de las ganadoras del concurso en la categoría de 14 a 17 años, representó las historias de la "gran aventura de pescar con catangas" que le contaba su padre, y las "aventuras inolvidables" que vivieron sus hermanas mayores en el río Mejía. Al describir cómo se ha disfrutado históricamente del río como recurso de ocio y subsistencia, las imágenes de Lili reflejan la multifuncionalidad del río. Muchas entradas también mostraban cómo la gente dependía del río en la actualidad y a lo largo de la historia, a través de actividades como la pesca y el baño.
Esta dependencia íntima del río también se entrelaza con las identidades y expresiones culturales, como el folclore. En "El paraíso de la naturaleza", de Gabriela, ganadora de la categoría de 7 a 10 años, la vibrante escena del barranco representa a una madre y su hija sentadas junto a las "aguas mágicas". Además de representar una flora y fauna muy notables, Estrada explica que "la leyenda dice que toda mujer que se bañe en estas aguas tendrá muchos hijos". El fértil jardín, en el que abundan las orquídeas, las zarigüeyas, los pájaros azules y los colibríes, por nombrar algunos, representa un paraíso tropical e idílico, en el que sus aguas son fuente de vida. A través de la narración, vemos la importancia de valorar la naturaleza, las diferentes ponderaciones culturales que se dan a esta valoración y hasta qué punto los seres humanos confían realmente en ella.
César, de Portoviejo, lo resume diciendo: "Quiero que mi río esté siempre limpio para que los niños podamos llegar, pasear por él y aprender más sobre los animales y las plantas que viven en él". Los impresionantes trabajos presentados demuestran hasta qué punto los jóvenes son conscientes de la importancia de proteger los ecosistemas locales y del papel directo que desempeñan los seres humanos en el cuidado de estos entornos. Los trabajos presentados demuestran lo vital que es que la naturaleza y las personas se tengan en cuenta en todas las ciudades y barrios locales. El proyecto Interlace sigue trabajando con las ciudades y las personas para aplicar soluciones basadas en la naturaleza y ayudar a crear ciudades más habitables, resistentes e integradoras.